Acción por el clima: “Tenemos que cambiar de actitud, de modelo social y económico”

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Acción por el clima: “Tenemos que cambiar de actitud, de modelo social y económico”
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Conversamos con Fernando Valladares, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y asesor de la tercera edición de Climate Action Sevilla Summit, el encuentro que, los días 5 y 6 de julio, reunirá en Fibes a representantes del sector público y privado para analizar el estado actual de la lucha contra el cambio climático

 

Ante cualquier gran desafío, la actitud que adoptamos puede ser determinante para obtener el mejor resultado. Podemos centrarnos en la dificultad o en aquello que sacrificamos, o quedarnos con la parte de oportunidad. En materia de cambio climático, el científico Fernando Valladares prefiere quedarse con lo segundo. Quizás por eso, ha unido a su trabajo de investigación sobre biodiversidad y el impacto de la actividad humana en los ecosistemas, una intensa labor de divulgación, que nos llega a través de los medios de comunicación y de su participación en foros, como Climate Action Sevilla Summit 2023.   

Con él conversamos en esta entrevista en la que, como asesor de la cita que se celebrará en Fibes los días 5 y 6 de julio, llama la atención sobre la importancia de cambiar la narrativa, de centrarnos en lo que sí podemos hacer y en los beneficios ya no solo medioambientales, sino también sociales, de bienestar y prosperidad, de la acción climática. 

 

Pregunta: La crisis climática está ya omnipresente en los medios de comunicación y en las conversaciones en la calle, pero, a la vez, parece más difícil que nunca entender qué está pasando: hay muchos mensajes contradictorios; con frecuencia, los datos superan nuestra comprensión… ¿En qué punto estamos realmente? 

Fernando Valladares: Con el cambio climático estamos todo el día barajando información, intercambiando datos, y es verdad que algunos mensajes pueden resultar algo contradictorios o difíciles de entender. Por poner un poco la situación en contexto, estamos en un punto de extrema gravedad, que ha justificado que muchos países hayan declarado emergencias climáticas. En una escala de 1 a 10, estaríamos en un nivel de entre un 8 y un 9 de gravedad

Esto se debe a que hemos entrado en una dinámica de cambios muy rápidos y en cascada en todo el sistema climático. Para entender qué significa esto, diremos que hay 15 “puntos de no retorno” y, de esos, hay 9 que a los científicos nos preocupan mucho porque podríamos estar ya disparándolos. Entre esos 9 preocupantes están el bosque amazónico, la cinta de transporte de calor que ocurre a través de los océanos (la que más nos preocupa es la rama del Atlántico Norte), los arrecifes de coral (como la barrera de coral de Australia), toda la fusión del permafrost en el Ártico, y los bosques templados en latitudes altas (como la costa oeste de Estados Unidos). Esos son ejemplos de grandes sistemas planetarios que tienen un impacto tremendo en el clima y que, si se continúan alterando a la velocidad y con la intensidad con las que lo están haciendo, no podrían secuestrar carbono y atenuar o contrarrestar los vaivenes del clima, y, por tanto, acelerarían el cambio climático. 

 

P: Pero ¿estamos a tiempo de hacer algo? 

F.V.: Por supuesto que estamos a tiempo. Hay un porcentaje de escenarios climáticos que ya no están a nuestro alcance  por haber tardado tanto tiempo en actuar. Lo vemos en emisiones de gases de efecto invernadero, que no están disminuyendo, y eso, 8 años después del Acuerdo de París, es una oportunidad perdida. Pero todavía estamos a tiempo. Lo que pasa es que cada vez tenemos menos tiempo para hacer más cosas

Fernando Valladares, asesor de Climate Action Sevilla Summit 2023

P: Lleva años investigando y trabajando en esta línea, pero ¿cómo ha evolucionado el abordaje de la crisis ambiental en este tiempo?    

F.V.: Ha cambiado mucho la forma en que la sociedad, los políticos y el sector privado abordan el cambio climático. Las primeras fases, hace 20-30 años, eran mucho de informar: qué pasa, qué es. Ahora informar ya no hace tanta falta. Parte los negacionistas siguen siéndolo por ignorancia, pero son muy pocos; prácticamente todo el mundo entiende ya lo suficiente sobre cambio climático. 

En lo que  estamos avanzando ahora es en explicar y entender los impactos. Y se empiezan a entender también porque, por desgracia, están ocurriendo. La fusión rápida de los glaciares, por ejemplo, provocó inundaciones en Pakistán el año pasado. Y estamos viendo grandes anomalías, como este último mes de abril que parecía julio en temperaturas, o tormentas como Filomena, o récords climáticos, como el que sufrimos durante el 2022. 

 

 “Estamos es un nivel de acción bien intencionada, bien orientada, pero muy insuficiente”

 

Esto está haciendo que todos entendamos mejor los impactos. Donde vamos más lentos es en cómo abordarlos, en qué podemos y tenemos hacer.

Por un lado están las listas de cosas que podemos hacer para, a título individual, familiar o de vecindario, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero la lista solo es una parte y no es quizás la más importante: tenemos que cambiar de actitud, de modelo social y económico, y ahí todavía no se están dando pasos muy decididos. Ese es para mí el reto actual: entender que una lista de acciones está muy bien pero solo resuelven una parte pequeña de la crisis ambiental.

 

P: Climate Action Sevilla Summit 2023 tiene el lema “Preservando el planeta para el futuro: acción, adaptación y resiliencia”. ¿Por qué “acción, adaptación y resiliencia”? 

F.V.: Cada uno de esos tres conceptos tiene un significado muy concreto. Acción, porque tenemos que hacer cosas. Lo dicen ya todos los científicos del IPCC: tenemos que actuar con más decisión. Hemos sido muy comedidos en las medidas para reducir emisiones, pero tenemos que tomar medidas mucho más intensas para mitigar el cambio climático y también para la adaptación. 

Adaptación significa lidiar, gestionar, responder al cambio climático que ya está ocurriendo. Refugios climáticos, maneras de informar a la población sobre los problemas más críticos con alertas meteorológicas bien implementadas, los hospitales recibiendo a los pacientes que entran con problemas cardiorrespiratorios o de salud generados por olas de calor o eventos extremos… Eso son ejemplos de medidas de adaptación a lo que ya está ocurriendo. 

Y, por último, resiliencia tiene que ver con esa capacidad de mantener los servicios mínimos que necesitamos en los ecosistemas, en los sistemas urbanos, en los sistemas humanos. Esta resiliencia nos va a permitir no interrumpir en lo esencial el funcionamiento de las actividades económicas o la vida de las personas, a pesar de lo que está ocurriendo.  

 

P: ¿Cuáles son, por tanto, los grandes cambios que tienen que producirse a nivel social, económico y político para un abordaje correcto de la crisis climática? 

F.V.: Por supuesto que el abordaje de todo esto es muy complejo y tenemos varios niveles de acción. El nivel en el que estamos ahora es un nivel de acción bien intencionada, bien orientada, pero muy insuficiente. 

Los grandes cambios que se tienen que hacer tienen que ver con la producción. Tenemos que enfriar esa economía que crece, crece, crece, y produce, produce, produce —energía, prendas textiles, alimento…—, y tenemos que planificar ese enfriamiento para que no tenga efectos en cascada tremendos que se acaben traduciendo en recesiones y graves problemas sociales. 

 

“Tenemos que enfriar algunas partes de la economía para lograr mayor resiliencia y adaptación” 

 

Lo podemos llamar decrecimiento o post-crecimiento (beyond growth), pero el término no debe llevarnos a confusión: estamos hablando de enfriar algunas partes de la economía para lograr mayor resiliencia y adaptación y encarrilar el curso de los eventos que se traducen en emisiones. 

En lo social tenemos que entender esto mejor y estar dispuestos a encajar medidas incómodas; incluso, desde ese nivel social, tenemos que ejercer presión sobre el sector privado y sobre el sector político

El sector privado no va a hacer mucho de los deberes porque lleva una fuerte inercia, por lo que, si no es el nivel social el que reclama mayor prudencia, no va a ocurrir. Y el sector político tiene que ser más valiente, más decidido. Están perfectamente asesorados, saben qué está pasando, pero en sus agendas de corto plazo es muy difícil de implementar. 

 

P: Como asesor de Climate Action Sevilla Summit 2023, ¿qué le gustaría que saliera de esta cita? 

F.V.: Me encantaría que de este evento saliera una mejor comprensión tanto de la gravedad del asunto como de la oportunidad que se abre con el cambio climático para reformar muchos aspectos estructurales, profundos, de nuestro sistema económico que nos enferman, nos empobrecen y están en el origen del problema climático. Entender eso bien sería un logro fantástico. Y el segundo, que viéramos de forma colectiva una serie de acciones básicas para salir reforzados, renovados y optimistas de que el cambio profundo es posible. 

 


 

Si quieres participar en Climate Action Sevilla Summit 2023, ya puedes inscribirte en climateactionsummit.es 

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